miércoles, 25 de marzo de 2015

Quién la sigue la consigue.

Yo siempre era de las que pensaba que en 4 meses no se puede jurar amor eterno a una persona, siempre he sido de no creer en los para siempre y aferrarme a que el nunca es lo más fiable.
Hace 5 meses comencé a darme cuenta de que eso no era así, que yo podría estar viviendo en un mundo de yupi y que por muy alma libre que desease ser no era para nada feliz en esa vida.
Hace 5 meses que un chico, ¡quién me lo iba a decir a mí! cambió cada perspectiva y forma de ver las cosas que tenía, y no por el hecho de que el intentase cambiarme o influir en mí sino por el hecho de yo descubrir que vida era la que quería llevar, he estado con muchísimas otras personas con las que no he tenido ni la mitad de discusiones de las que tengo con el ahora mismo, he estado con personas diez mil veces más afines a mí, he estado con personas que nunca antes me habían hecho sentir lo que Jorge me hace sentir.
Sí, Jorge Barbera, el que seguramente esto no vaya a leer, pero es así mi amor, me has cambiado la vida de todas las maneras en las que podrías habérmela cambiado. Nunca antes nadie había venido a  verme estando enfermita en casa y se había puesto conmigo a ver Titanic, nunca antes nadie me había hecho sentir como lo haces tú cada segundo que paso pensando, hablando o estando contigo, nunca antes nadie me había mirado como tu lo haces cada día, nunca antes me había sentido tan a gusto con nadie como me siento contigo.
Podemos decir que nuestra historia ha sido larga e intensa, que empezó hace dos años con aquel primer beso que nos dimos, que culminó el no ser nada aquel 26 de Junio en la piscina y que desde este Septiembre, te has convertido en la persona con la que lo quiero compartir todo, con la que quiero pasar el resto de mi vida, con la que quiero vivir y tener hijos, y cómo dice mi abuela, sino vivo el amor con 18 años ¿cuándo lo voy a vivir?
Gracias por los mejores 6 meses de tonteo y por los mejores 4 meses siendo mío y sólo mío.


No somos los más guapos, pero si los que más locos estamos. 



    Siempre tuya. VIII.

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